jueves, 31 de diciembre de 2009

Traigo un ramillete




Se acaba el año. Y me alegro.
¡¡Algo bueno debía tener el 2009!

Me alegro porque ya era sabido, y quedó demostrado, que el 2009 no era un buen año. Todos teníamos referencias de él, que venía con mala fe, con poco dinero, con mala salud y mucho pesimismo. Hijo del 2008 ¿qué se podía esperar? Particularmente me parece que se va un año con muy mala leche.


Pero ¿Y el que viene? Nadie se pone de acuerdo en cómo es. Yo no sé si será bueno o malo, o todo lo contrario... Es más, no me hago ilusiones. Así me llevaré pocas decepciones. Os invito a que hagáis lo mismo.


A todos los que han estado conmigo siempre, especialmente estos 365 días malaparíos, gracias por estar ahí, ¡aquí conmigo!. Gracias por ayudarme a sobrellevar todo este sinsentido en que se ha convertido mi vida. A los que me conocieron este año y me han tenido paciencia como para merecerse el cielo... ¡¡y lo que les queda por aguantar!! Besos pulgosos a todos en nombre de Nunú y mío.


Bueno... como dice el aguinaldo: "traigo un ramillete de un lindo rosal, un año que viene y otro que se va"...
¿Preparados para las sorpresas del 2010? ¡¡Que Dios nos ampare!!

¡¡Suerte!!


miércoles, 30 de diciembre de 2009

Alegría para el alma


Hola.... después de haber machacado estas fechas festivas, os dejo una recetita secreta que compartieron conmigo en tierras cercanas... ¡¡Ideal para días de frío, lluvia o nieve!!

Y con vosotros
¡¡Vin Brulé!!... Versión chévere...

Ingredientes:
1 botella de vino (Peleón o no. Vino)

2 manzanas

2 naranjas
Clavo dulce (aromático)
Canela en rama

Azúcar

Preparación:

Pelar y trocear las manzanas y las naranjas. En una cazuela (olla, cri-olla) echar el vino (0,75 L) con las frutas. Cuando empiece a hervir, echar las especias. Dejar hervir hasta que el alcohol se evapore. Echar el azúcar al gusto.


Presentación:
Servir bien caliente en tazas o vasos pequeños, preferiblemente de cristal.

Uno de mis tíos siempre me dice: "Amó*, un poco de vino siempre alegra el corazón".
Con esta receta os aseguro que os alegraréis el corazón, el alma y todos los sentidos.


¡¡Que disfrutéis!!

* Amó: Tío (en este caso
equivale a sobrina paterna)



martes, 29 de diciembre de 2009

Menudas fiestas...


Desde que el mundo es mundo, al ser humano le sobran pretextos para celebrar fiestas. Ahora son las navidades. Me gustaría hacer un análisis de los rituales navideños y de los "saraos" que se montan con tal ocasión incluyendo la literatura que le acompaña.

Empecemos por el motivo de las Navidades: "Celebrar el nacimiento del niño Jesús"... ¡¡Fenomenal!! lo único es que no existe ninguna referencia bibliográfica sobre la fecha exacta del cumpleaños del niño en cuestión... y aquí estamos cantando diferentes villancicos en honor al rey de los judíos.

Qué bueno que lo menciono, porque ese es otro de los puntos que NADIE se detiene a analizar. ¡¡Cuántas sandeces cantamos!! Tomad nota de los siguientes estribillos...

1- Mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido.

Como no sea que los "pejes" beban alcohol u otra sustancia alucinógena (para "ver" al Dios nacido) ¡¡Los peces de agua dulce no beben agua!! ¡¡Hala!! Inténtenlo el próximo año con otro argumento.

2- A las arandelas, a las arandelas, a las arandelas de mi corazón.

Aquí el lío es triple. Lo primero es que NADIE se pone de acuerdo sobre cuál es la palabra correcta de este estribillo. ¿Arandelas? ¿Sarandelas? ¿Zarandelas? Que sepáis que llevo más de dos horas buscando cuál es la palabra y su posibile significado y todo esfuerzo ha sido en vano. Arandelas, sí está en el diccionario. Si esta fuera la palabra acertada, anotad que parafraseo: "especie de disco metálico con un círculo interior, que se usa para apretar/ajustar una tuerca". ¡¡Anda pa'l caraaaaaa!! ¿Y entonces? Lo único que se me ocurre es que algún creativo haya dominicanizado el término "sarao" y haya querido significar "a las fiestas de mi corazón"... de lo contrario esto es el canto de una persona con problemas cardiovasculares, que lo mejor sería que no baile ni coma mucho y que ni pruebe el ron (por lo que no hay "sarandelas" en su corazón).


Pero apartémosnos de los villancicos. Insisto que esto de la navidad es un fiasco. Incluso una época sadomasoquista y enteramente comercial. Vamos con el juego del "amigo invisible" ("el angelito"). Claro, aquí todos encubiertos a poner regalos vengativos a nuestros mejores amigos. Sé de personas que se han tomado la molestia de inyectar uvas una por una con salsa picante ¡¡Se siente!!, otros que han sido capaces de destapar con sumo cuidado envases de chocolatinas, sacar el contenido original y sustituirlo por una barra de madera cubierta de chocolate y cerrarlo perfectamente de nuevo ¡¡Ay del que le hinque el diente!! pero no pasa nada, es navidad y toda clase de broma se vale aunque luego la cuenta del dentista no sea "propiamente cristiana". Incluso las más indeseables, las del "día de los santos inocentes" son recibidas con alegría ¡¡Pero con razón Herodes se los cargó a todos!! Pena que, al parecer, se le escapó alguno que se encargó de propagar la costumbre hasta el día de hoy.

Luego, noche vieja o año nuevo. Aquí la costumbre es "atragantarse" literalmente con 12 uvas. Una por cada campanada que marque el reloj de la Puerta del Sol, en Madrid. Yo directamente ni lo intento. En Quisqueya la costumbre es "el cañonazo"... Un fogonazo que te deja sordo, ¡¡y mudo!! porque todos empiezan a gritar de alegría y a echarse cualquier sustancia con más de 12% de alcohol (incluso cerveza, porque las nuestras son así de "light"). Resultado: llegar a casa dando tumbos, hediondo a romo y con el pelo hecho una pena. Tampoco lo intento.
Anteriormente decía fiesta comercial: regalos, adornos, ropa nueva, comida, bebidas... para: que no te gusten, que se te rompan armándolos o colocándolos, que no te valgan al final de las fiestas gracias a los atracones navideños, que parará en la basura en más de un 70% y, que no quedará nada más que la resaca y el reguero de botellas para tirar al contenedor de reciclaje, respectivamente. Lo único que te queda de todo esto son los bolsillos vacíos y la tarjeta de crédito llena ¡¡toma!!

Y, finalmente, lo más esperado y absurdo: los reyes. ¿pero de verdad hay niños que se creen esa pendejá? Primero: que si los reyes van a venir a tu casa (Ni GPS ni leches... ¡¡tal y como están las calles mejor no salir!! que lo manden por Seur o Fedex y listo. Eso que ganan en salud). Segundo: que se convierten en hormigas para pasar por debajo de la rendija de la puerta (¡¡jejejeje!! si eso fuera cierto, hace rato un dominicano hubiese descubierto la fórmula y la estuviera vendiendo en el Mercado Modelo de la Mella ¡¡Patentada por los laboratorios del Dr. Collado o algo así!!) y Tercero: que hay que dejarles galletas, leche y "yerbas". ¡¡Qué jeta tienen los padres!! sobre todo por el tercer elemento, el que va entre comillas.


¿ Y saben qué? que ya no escribo más. Las navidades acaban el día de reyes ¿no? pues ya está. Ahora a prepararse para la cuesta de enero... y no os quejéis... ¿no queríais navidades? Esto es lo que hay.


¡¡He dicho!!


domingo, 27 de diciembre de 2009

26:00 hrs, Caos y desinformación




Siempre que escuchaba hablar de la nieve, me imaginaba lo divertido que debía ser poder jugar en ella, haciendo bombas de nieve para disparar a las demás personas cercanas. Lo que nunca imaginé es que la nieve pudiera jugar conmigo. La pasada semana que inició el día 20 de diciembre, varios países de Europa se vieron afectados por el temporal de nieve. España e Italia eran dos de los cuatro países más afectados. Curiosamente, el destino me puso en "jaque" en plena víspera navideña a la vez que me demostraba que no sólo mi pequeña media isla tiene carencias/deficiencias para reaccionar en situaciones de emergencia. Bien, aquí va mi historia personal e intransferible, como propiamente deben ser los billetes aéreos.
Después de haber pasado un maravilloso fin de semana en casa de unos amigos en Italia, debía volver a España en un vuelo Milán-Madrid, con salida en el aeropuerto de Linate a las 16:55 hrs. Desde primeras horas del día ya se sabía (todos menos yo) que el aeropuerto de Madrid estaba cerrado por neblina. En la tarde ya nevaba en Milán… ¡Caía una buena! Pero no como la que me iba a caer a mí. Llegué a eso de las 15:30 para el check-in donde me confirmaron que mi vuelo estaba en “orden”. ¡¡Je-jé!! Amárrense los cinturones que esto va pa’ largo. Me despedí de mis amigo y pasé la puerta de control a las 16:15 hrs. Lo primero es que después de mucho esperar sin tener ninguna explicación, a eso de las 18:45 hrs nos reportaron, vía pantalla informativa, que nuestra puerta de salida había sido cambiada al piso inferior… al llegar a la puerta señalada, la nieve ya alcanzaba los 10 cms de altura en la pista y, además, todas las autopistas de Milán estaban atascadas. Los amigos que me habían llevado al aeropuerto viven a unos 15 minutos del mencionado aeropuerto, y aún no había llegado a su casa. Minutos más tarde, un autómata se presentó como representante de la compañía para decirnos que el vuelo no salía por las condiciones meteorológicas ¡¡vaya novedad!! Nada más. No hay más información. Si quieren cambiar el billete llamen al teléfono X y allí les darán información o haga la fila para que le cambien el billete... el número X no responde y la fila es de aproximadamente 4 horas de duración (¿no han sido capaces de prever la situación y habilitar más ventanillas para el cambio de billetes? ¡Está nevando desde primeras horas de la tarde y sólo hay tres persoas para hacerle el cambio a más de dos mil personas!) Finalmente a las 22:30 me habían asignado nuevo vuelo a las 7:30 hrs del día siguiente… ¡Ole! Me toca amanecer en el aeropuerto… Mis amigos apenas acaban de llegar a casa y ya la nieve alcanza unos 25 centímetros de altura en todas las pistas de Milán. No hay taxis en el aeropuerto y además, debo presentarme para el nuevo check-in a las 06:00 hrs, con el mismo billete del día anterior, rayajeado con un número puesto a mano, porque ni siquiera era merecedora de que me dieran un nuevo impreso. Y así amanecimos cientos, miles de personas. Sentados en los sillones de espera, tirados en el suelo sobre periódicos, otros sentados en los mostradores de las líneas aéreas. Nadie pasó con bebidas calientes, ni con mantas. Nadie. “Protezione Civile” se hizo presente con unas 30 camas plegables para los tantos miles que allí estábamos… ¡¡magnífico!! Por fin alguien hace algo y lo hace "bien". Algunos de los ancianos y de los minusválidos allí presentes no fueron privilegiados en la asignación de las camillas. Aunque la situación fue comunicada a la policía de turno… “no podemos hacer nada” fue la respuesta… Así está el Berlusca en cama y con la cara hecha un cuadro… porque nadie puede hacer nada.
A las 5:00 hrs del día 22 decido ponerme en marcha nuevamente… me voy a uno de los baños, me preparo para un desayuno “sustancioso” pagado de mi bolsillo para aguantar la jornada… a las 5:30 hrs me acerco a la zona "A", donde debo presentarme con mi billete “decorado” y mi pasaporte de isleña y ¡oh, sorpresa! “Tutti gli voli cancelatti, il aeroporto è chiuso*” eso en “panini” es el equivalente a “se j... esta vaina de nuevo”… ¿y ahora?? ¿¿Pero si no nieva desde anoche??… No hay más información. Si quieren cambiar el billete llamen al teléfono X (vuelvan a leer la parte central del segundo párrafo… es la misma historia) ya se me estaba calentando la sangre ¿y ahora? ¿¿Y si me quedo aquí?? ($%&!”!!¿?) ¿¿Y si no llego a tiempo para la cena de Navidad?? ¡¡Ay!! Los niños de San Ildefonso dentro de nada cantan “el gordo” y yo aquí…. ¿y si me gano el premio y yo tan lejos??… na’… A hacer fila de nuevo… a las 10:15 hrs oigo que avisan algo en “tortelini” a lo que logro identificar las palabras “Madrid” y “check-in”… Salí corriendo en “bola de humo” hacia el mostrador de la zona "A" y nadie sabía si sí o si no… al final me acerqué a una doña de unos 75 años (que yo creía que era española porque llevaba una bolsa de una cadena de supermercados españoles) y que me dio a entender por señas que sí, que finalmente mi vuelo salía…. Al preguntar por el último de la fila nadie levantó la mano. Aquí me ayudó el caos, el no saber el idioma o simplemente “el morro” que le eché a la situación. No sé cómo, pero fui la segunda en registrarme en un vuelo que no me pertenecía (al llegar al mostrador vi que la referencia de mi vuelo no coincidía con el inscrito en pantalla), que la señorita del “ground force” lo sabía y no dijo nada (¡¡Por fin un aliado en esta desgracia!!)… A la velocidad del rayo y antes de que nadie se me adelantara pasé por la zona de control (Oooooootra vez) y el arco detector de metales ahora pitaba ¡¡Y no llevo nada nuevo, no he salido del aeropuerto!! (sería los niveles de hierro en la sangre ¡Carajo!) En fin…
¡¡Tripulación, armen rampas!! Embarcamos a las 14:30 hrs… el avión entró en pista a las 16:30 hrs, cinco minutos más tarde escuchábamos cómo le lavaban la cabeza, le hacían rulos y le pasaban el secador de pelo al avión para que saliera bonito pa’ Madrid, sin nieve en la cabeza, la nariz ni en los sobacos… Despegamos a las 16:55 hrs. En ese momento podía haber reventado el planeta en confeti, ya todo me daba igual… Estaba camino a casa.
Sólo me queda decir que el vuelo fue bueno y que, curiosamente, en el mismo avión venían todos los pasajeros de mi vuelo original (del día 21) más los pasajeros de otros dos vuelos de los días 21 y 22 de diciembre. También decir que, por ley, las compañías aéreas no tienen obligación de pagar alojamiento, dieta ni desplazamientos a su pasajeros cuando las condiciones climáticas obligan a cancelar un vuelo. ¿¿Por qué hacer tres vuelos, si con sólo uno cobramos lo mismo y gastamos el 33% de combustible, salarios e impuestos??
A partir de ahora, cuando escuche “temporal de nieve” pondré más atención y procuraré quedarme en casa, con la nevera llena, tejiendo una bufanda o leyendo un buen libro y con Nunú por compañía.
¡¡He dicho!!

* Todos los vuelos cancelados, el aeropuerto está cerrado