sábado, 21 de agosto de 2010

¡Oh! Y ahora...


Esto que les voy a contar, esta sucediendo ahora mismo debajo de mi ventana. El reloj marca la 01:25 horas. ¡Vamos allá!

Un vecino (de unos 60 años o más) se ha parado en medio de la calle y se ha dedicado a insultar a otros vecinos que estaban dentro de su casa. Resulta que aquellos (que aún no completan 50 años) deciden responderle después de un largo rato: lo mandan a callar y le advierten que ya han llamado a la policía. 

El caso es que oigo un ruido seco y me decido a mirar por la ventana y veo al insultante tirado en el suelo y su voz desafiante se ha cambiado por una especie de lloriqueo infantil, por lo que concluí que el toro no era tan bravo, y veo a los otros dos vecinos, los insultados, que lo están mirando desde cerca. El caso es que en menos de 30 segundos ¡no exagero! una patrulla de la policía ya les estaba interrogando. Uno acusó a los otros y los otros acusaron al uno. Cinco minutos más tarde, ha llegado una ambulancia para atender al insultante que asegura que se ha lastimado la clavícula a causa de la patada que, supuestamente, le dio uno de los insultados. A todo esto, escucho a la policía decirle a los tres que esto es un tema de la palabra de uno contra la del otro, que los tres están "pasaditos de cervezas" y que no hay pruebas de que se haya propinado ninguna paliza o que nadie haya insultado a nadie. Honestamente, yo sólo escuché cuando el insultante cayó al suelo, por lo que deduzco que la patada es una de dos:  O "voladora" o mentira, que pa'l caso es lo mismo.

Ahora bien, ¿A dónde quiero ir? Resulta que ayer, a estas mismas horas, mientras estaba sentada en el salón de mi casa, escucho una explosión, acto seguido un apagón y luego... ¡¡La lampara de mi salón cayó al suelo ardiendo en llamas!!  Lo primero que hice fue asegurarme de que la alfombra no se incendiase y luego llamé al número de emergencias para reportar la situación y que me ayudaran con el tema eléctrico, más que nada porque entendía que ese cortocircuito había cortado la electricidad de todo mi edificio.

-¡Espere un minuto, llamo a los bomberos! - me dijo la operadora.
Pasado el tiempo solicitado para la espera, la señorita me responde que lo siente mucho, pero que si no hay fuego, y estoy segura que la situación está controlada, los bomberos no se hacen cargo del problema. -Llame usted a la compañía de electricidad. Eso es competencia de ellos.

Cuelgo la llamada, y marco el número de servicio 24 horas de la empresa eléctrica que suministra el servicio a mi casa...

-¡No! Es que si el problema es dentro del edificio nosotros no nos hacemos cargo... llame usted a los bomberos.

Y se queda tan ancha.... 

-A ver, a ver, a ver... ¿Esto qué es?.... acabo de llamar al 112, allí me han dicho que dado que el caso está controlado, esto no es competencia de los bomberos, que les llame a ustedes, ahora ¿Usted me dice que llame a los bomberos? -Le contesté esperando un cambio de respuesta-

-Ya le he dicho que si el problema es dentro del edificio, nosotros no nos hacemos cargo. Llame a un electricista particular. -Me dijo aportando una nueva idea (algo así como la lámpara de Aladino o la panacea)

-¿Tiene usted el teléfono de algún servicio 24 horas que me pueda facilitar?- Le pregunté

-No- Contestó escueta.

Suspiré resignada y terminé la llamada. 

Decidí bajar a revisar el cuadro eléctrico de la finca. No quería que el edificio amaneciera apagado y que al día siguiente los vecinos se encontraran con las neveras hechas una pena.  Justo entonces me di cuenta que el problema era sólo en mi apartamento, así que regresé dentro. Cogí una escalera de metal que tengo, una linterna tipo lápiz, unas tijeras y cinta aislante ¡¡Como Rambo!!  Sujeté la linterna con los dientes y como pude, envolví cada cable de lo que era la lámpara de manera individual ¡¡A lo MacGiver!! Cuando consideré que así sería suficiente, me arriesgué a conectar el sistema eléctrico nuevamente. De mi propia cuenta y riesgo ¡¡Como el Chapulín Colorado!!

Para finalizar, les comento que acabo de oír a uno de los policías de la patrulla decirle a los de la ambulancia, que ya que no tenía nada de gravedad le dieran "un masajito" al  insultante, supuesto agredido. 

La próxima vez que me vea en una situación de riesgo...  ¡¡Bajo a la calle y mecagüentó el vecindario! Y que venga la policía y lo vea. 


¡¡He dicho!!







miércoles, 11 de agosto de 2010

Confesión




HASTA AGOSTO 2008
Siempre, siempre, siempre. Me llamaba bien entrada la noche. Yo, que suelo llevar el timbre del teléfono bastante alto,  contestaba con premura, no fueran a despertarse todos los vecinos de mi edificio.

-¿Te desperté? – Preguntaba.

-¡No! Ya sabes que trabajo hasta bien entrada la madrugada – Le contestaba yo, riendo…

-¡Andaaaaaa! ¡Fallé! Pues te llamo más tarde- Decía entonces entre carcajadas, para luego decir -¡Dímelo, manita… piesito…!

Y era irremediable, una costumbre que no cambió nunca, nunca, nunca. Día a día, no faltaba la llamada para asegurarse de que yo estaba bien y que yo supiera que él, y el resto de la familia, estaba bien.

ENERO 2009
Una vez más en mi tierra, unos antiguos compañeros de la universidad me invitaron a cenar con su familia. Una pareja adorable con tres niños. La mayor de ellos, a pesar de conocerme ese mismo día, me tomó confianza casi apenas llegar a su casa. Quiso enseñarme todos sus juguetes y explicarme cómo funcionaban. Sus cuadernos del cole, sus muñecas “más favoritas” y sus fotos. Claro, yo por mi oficio, me centré en mirar las imágenes y halagar lo bien que quedaba en las instantáneas.
Una de las imágenes dentro del álbum llamó especialmente mi atención. Allí estaba la nena vestida de ángel, llevando unas alas desplegadas que desprendían un halo de ensueño… 
- ¡¡Realmente pareces un ángel!! – Le dije toda emocionada. 
Ella me miró fijamente a los ojos, pero no respondió nada.  
Mientras tanto, sus padres no creían que la nena me contara tantas cosas y me ofreciera jugar con ella y todas sus muñecas.

-No es muy conversadora, considérate con suerte – Me dijo su madre.

Más tarde, a la hora de la cena, la nena quiso sentarse a mi lado. Mientras tomábamos la sopa de tomate que había hecho su madre, nuevamente le comenté lo impresionante que estaba en la foto.

-Mi reina, de verdad, estás preciosa. Pareces un ángel de los de verdad - verdad– le dije.

Esta vez, me miró fijamente a los ojos y se acercó a mi para decirme susurrando:

-Es que YO soy un ángel.

No pude contener la risa, el gesto de que estaba rompiendo su silencio para hacerme una gran revelación, me pareció fascinante.

-¡¡Pero yo no te veo las alas!! – Le dije, mientras hacía ademán de que le quería revisar la espalda.

- No. No lo has entendido. A los ángeles sólo se le pueden ver las alas cuando todos los demás están durmiendo.

En ese momento lo entendí.

AGOSTO 2010
El día de su partida, más de uno afirma haber visto una estela en el cielo con forma de ángel, luego se transformó en paloma y se desvaneció en ascensión vertical.

Yo sólo sé que hoy hace dos años que mi vida quedó desangelada.

Te extraño mucho.

Besos en el alma, mi gordo.