miércoles, 6 de julio de 2011

Sueño

De la primera tarde de un verano   (Basado en dos sueños reales y a 6,570 días de distancia)

Quiso perder todas las batallas y así ganó la guerra. Sin apoyo, aprendió a sostenerse sobre sus pies. Tambaleándose, encontró el equilibrio, a dos palmos del suelo. Con una rama, dibujó su nombre sobre el asfalto. Él se aferró a su pecho, ella a su cuello. Suplicó las migas de su paz exigiendo su silencio. Sólo quería oír los latidos de tu corazón.