viernes, 23 de marzo de 2012

Green Technology

No es que seamos unas oportunistas. Es que esta mañana hemos pasado por una tienda Mac y hemos visto que las filas dan la vuelta a la manzana.  Mire usted qué ironía. Así que para echarle un cable tecnológico y aprovechar la brecha de mercado, en el Reino de Nooritania hemos desarrollado un dispositivo de tecnología punta - de esas que llaman renovables- que supera con creces las expectativas creadas por la "tal" tableta aquella - que evidentemente no es de chocolate, puesto que en vez de calmar, crea ansiedad- Un dispositivo que ya se ha probado en el mercado y ha dejado muy contento a nuestro público...

Y con ustedes, el nuevoooooooo   I Pla© (Hay Plátano)

El I Pla© es un dispositivo multifunción que garantiza actualización de software inmediata, basta con guardarlo bajo tierra y en varias semanas tiene usted, varios I Pla© actualizados y recién salidos de la fábrica (finca en este caso) sin que tenga usted que pagarnos por la actualización.  Comparte el componente "Tanino" con la tableta aquella, por lo que permite acoplarle perfectamente el teclado de su "I CuaquierCosa".

Nuestra gerente de Marketing, Habibi Marisol, ha diseñado dos presentaciones para este moderno dispositivo Green Techonology:  Verde para los más jovencitos y Amarillo para los más maduritos.  Nuestra agencia de publicidad Nodo Comunicación y Diseño ha ideado para nuestro I Pla© una serie de "Skins PlatStyle" que personalizan el dispositivo acercándolo al gusto de cada usuario:  Mangú, Rueditas de Salami, Queso Frito,  Cebollita Frita, Hoja de Plátano, Huevos Fritos...  Y muchos más.  El departamento de Comercialización, representado por Agencia Imagine ha creado una fantástica oferta de lanzamiento: El fantástico dos por uno del I Pla©, si nos paga dos, le enviamos uno. Noor y yo somos conscientes de los tiempos de crisis que corren y queremos aumentar nuestros ingresos, no necesariamente las ventas. El Gerente de Distribución, nuestro gran amigo Jorge Rizek (quien también proporciona mucha de la mejor música que se  disfruta en nuestro Reino), está entablando conversaciones con Tubérculo Gourmet para expandir este innovador producto hasta las fronteras del Caribe, incluso ver la posibilidad de instalar una "Planta" de producción en cualquier patio de nuestra patria. Finalmente, y no por ello menos importante, mi hermano pequeño (Infante, por ende) sugiere explotar la posibilidad de aprovechar lo institucionalizado que está el producto en la costumbre de los potenciales consumidores en República Dominicana. Está estudiando la viabilidad de vender el producto en los colmados, donde más de 30 veces al día surge la pregunta ¿"I" Plátano?


No sé por qué, pero creo que esto es un éxito rotundo... Estamos esperando la llamada de Bill Gates para que nos compre la idea, la planta y las unidades que tenemos en stock...  un mangú colectivo sería la mejor idea. En el Reino de Nooritania estamos muy orgullosas de la gran innovación tecnológica que hemos conseguido con vistas a preservar el medio ambiente, todos los circuitos internos y la carcaza son completamente biodegradables sin que represente una amenaza para el medio ambiente...

Y hay más... si se acoge a la oferta del dos por uno, Noor le enviará, de manera gratuita y sin gastos de envío, dos botellas (y estas vez sí son dos unidades) de su fantástica bebida Isotónica Perrorade© que podrá saborear mientras disfruta de su I pla© al aire libre.

Nunú...  dame mi I Pla©...  dame mi I Pla©...  ¿Para dónde vas con... ?  Aqui huele a aceite caliente...  Ya vuelvo, queridos lectores.

¡Ah!  Dispositivo y teclado se venden por separado... así que como quiera van a tener que hacer fila en la "manzana" aquella...

Nunú...  ¡¡Dame mi Plátano... caraj..!   Y ahora, ¿Qué voy a cenar...?


miércoles, 21 de marzo de 2012

El mito de Trúcamelo

Primera canción de Primavera


En aquellos tiempos, Azhara, considerada por los de su comarca un ser traído desde la luz, se trazó un destino. Inventaría un juego que le ayudara a desplegar sus virtudes de manera inocente y, así, acaparar la atención de él. Y de este modo, antes de que la leyenda egipcia llegara a su tierra, y se proclamara al Elegido, decidió dejar sus huellas por los caminos que luego él recorrería. Una madrugada, saltó desde la orilla y se adentró en el mar caminando sobre las aguas. Marcando sus pisadas sobre las olas, allí dejaba en evidencia su paso y sus intenciones.

Él, Amir-Anîs, se sabía querido por los suyos y sus súbditos. Se lanzó a la mar en busca de aventuras y un espíritu diáfano. Blandió sus remos y al cruzar la quinta ola, el corazón se le llenó de una temerosa emoción y una hermosa confusión. Entonces creyó haber entendido. Y sopló besos al viento que venía del Sur y le encargó que se los llevaran a ella. Pero primero tendrían que venir las tormentas y éstos perdieron su rumbo y se hundieron antes de llegar a puerto. Amir-Anîs naufragó en una isla lejana y colmada de desconocimiento.

Azhara pensó que él no había visto sus huellas en el agua e ideó una nueva estrategia. Se adentró bailando en el bosque y eligió los troncos más hermosos que encontró. Les contó, despacio y bajito, todos sus sueños y secretos y les imploró, por favor, que le llevaran su canción allí donde él estuviera. Les pidió perdón por lo que haría y les aseguró que esa era su misión. Con ellos hizo una hoguera y procuró que el humo subiera tan alto que él lo pudiera ver.

Amir-Anîs, lejos y perdido, imploraba al cielo una señal, algo que le devolviera la esperanza, y a ella. Pero no vio más que nubes negras flotando encima de la bruma formada por el agua de mar. ¿Qué habrá hecho con los besos que le envié? Agachó su cabeza y la hundió entre sus rodillas. El viento, enfurecido, le azotó las mejillas. ¡Necio! Le susurró al oído. ¿Acaso no entiendes que ganar o perder es vencer a medias? Más aun cuando las dos partes enfrentadas conforman la unidad. Dime, ¿Qué das en ofrenda cuando tus manos están vacías? Amir-Anîs se dejó caer sobre el suelo y se abandonó al llanto. Las nubes negras llegaron hasta su isla y estallaron en ira sobre su cabeza ¿Por qué nos ignoras? Y se dejaron llover. La lluvia se mezclaba con sus lágrimas y éstas a la vez, empapaban la tierra sobre la que Amir-Anîs se había entregado al dolor.

Las nubes y el viento, impotentes ante la situación, dieron por finalizada su tarea. Se marcharon cediéndole paso al sol. De la tierra sobre la que él se había lamentado brotaron las primeras ramas, los primeros tallos y luego los troncos más hermosos. Amir-Anîs se levantó alegre, impulsado por el ritmo de una nueva danza en su corazón. Una extraña canción le acunaba la vida y sentía su espíritu inundarse de luz. Ahora era su momento. Le tocaba a él dar el próximo paso. Con los troncos hizo una barca y atravesó los mares. Antes de llegar a puerto encontró los besos hundidos. Les pidió perdón por lo que les había hecho y los guardó cerca del fuego que ardía en su pecho. Sonriendo les aseguró que juntos tenían una misión.


Cuentan, que por ese entonces, el Universo y el Destino pactaron un juego con la naturaleza. Y dicen que, por eso, cada vez que la naturaleza se manifiesta a través de  cualquiera de sus fenómenos, está tratando de unir a aquellos seres que se buscan desde la luz del entendimiento, los sueños y el perdón.



martes, 20 de marzo de 2012

Margaritas en el café

Y este es el invento de la amistad. Como ya es costumbre, buena costumbre que se hace esperar, un nuevo fin de semana que hemos quedado para comer en casita y luego degustar una buena película. Porque nos gusta el cine y lo disfrutamos tanto como la sobremesa y las conversaciones sobre libros, publicaciones recientes y los clásicos.  Noor, sobre mi regazo, para variar, pregunta por Bécquer. Que no es Gustavo Adolfo, es sólo Bécquer, quien de vez en vez, también nos honra con su presencia y alegría perruna.



Te pongo el café, que se enfría, ¿Vale? ¿Qué tanto?  Tú echa, que mucho café nunca es suficiente. A propo, llevo dos semanas a sopa de pollo, con esto de que la gripe de este año viene con gastroenteritis de serie... no veas cómo he estado. Y perdona que por eso he tenido que cancelar la salida al campo. Nunú se ha quedado con las ganas de pasear. No te preocupes, total, con lo loco que está este tiempo. Ya ves, ayer en manga corta y ya hoy abrigados hasta las cejas.  Estoy leyendo un libro de Sandor Marai ¿Le conoces?  Húngaro. Muy bueno, luego te cuento de qué va. Oye ¿Qué tal Anuska?  No te he preguntado por ella. Esperando destino. En mayo es posible que ya sepamos algo. Yo, por si acaso, ya me estoy sacando el carnet de conducir. Suerte.




¿Leche? Para mí, poquita. Olvidé decirte, anoche vi Rango, me acordé mucho de ti. Una lagartija teatrera preparando la representación de un drama, me recuerda cuando te pones a escenificar y a doblar pelis a tu estilo. ¿Ah, sí?  ¿La tienes por ahí? ¿VOS? ¿Me la dejas?  Sí, claro, Johnny Deep ha hecho una buena actuación de doblaje. Es fenomenal... uno de los bichitos que sale, es clavá a Nunú...  ¡Tan dulce!  ¿No has pensado hacer un doblaje algún día? Se te da bien...



¿Azúcar? Mmm... Sí. Estos terrones me recuerdan a Kieslowski. Para su película Rojo estuvo haciendo pruebas con diferentes tipos de terrones. Quería uno que absorbiera el café a una velocidad determinada para que se adaptara a la escena.. y tenían que impregnarse de una forma muy específica... ¿Te importaría que buscáramos esa escena para que la veamos en detalle? No, no me importaría, pero la copia que tenía, alguien se la llevó a Salamanca por error y hasta el sol de hoy...  Esa era la película en la que el vecino abandona al perro... no. La chica sube a un barco que luego encalla... y el perro del vecino... que la última escena coincide con la foto de la publicidad... en fin. De la trilogía ¿Cuál te gustó más? Azul me pareció muy triste y Blanco... pufff... ese argumento, no sé. 



Estas galletas tienen un toque de naranja, con el café van perfectas.  ¿Te conté que quiero experimentar con métodos rudimentarios, prácticamente infantiles, de colorear fotografías?  No te puedo decir, exactamente, en qué consiste. Le estoy dando vueltas a nuevas presentaciones. Estoy un poco cansada de lo mismo... ¿Me dejas hacerte la foto con fines exclusivamente didácticos?  ¿Me la dejarías luego? ¡Claro! Faltaba más...  algo así como Margaritas en el Café ¿Qué te parece? Guay. Oye, Noor, ¿Te importaría bajarte, reina mía? Me tienes el brazo adormecido.




¿Qué peli trajiste? The Haunting. Robert Wise, 1963. Excelente. 

Bendita tradición



La culpa es de mi madre. Me llama para contarme que esa mañana se haría unos estudios de la vista porque últimamente se siente mareada y con dolor de cabeza. Luego me cuenta que cuando regrese del médico le van a preparar unas habichuelas con dulce.  Error... ella por haberlo dicho y yo por haberlo escuchado... ¡¡Habichuelitas con dulce!!  Ahí tenía el eco retumbando entre el cerebro y el oído...  elas, elas,elas...  ulce, ulce, ulce... 


¡Ay, pero como que me llamo Tania me las voy a preparar!  Mi madre alarmada pone el grito al cielo y me recuerda a modo de pregunta Pero ¿Tú no tienes gastroenteritis? a lo que respondo ¡¡Aunque me vaya por el retrete, esas habichuelitas van!!  Pero tú no sabes hacerlas, argumenta tratando de persuadirme. ¡Internet lo sabe todo, mamá! 
No me extiendo más. Ya sabéis que las hice. Ahora os contaré cómo una caraja loca, como yo, montó un tinglao en un plisplás con productos exóticos, en tierra exótica para un postre no tan exótico.  Ya sabéis: Son habichuelas. 


No voy a hacer lo tradicional...  receta de ingredientes y luego la preparación y el bla, bla, bla.  Me levanté el viernes en la mañana busqué la receta en un blog de cocina dominicana y me fui a una tiendecita de alimentación latina:
-Doña ¿Uté tiene leche evaporada? ¡Anda y encima Carnation!, chévere.... ¿Leche de coco? bien. Galleticas de esas especiales con una crucecita... no, eso no... ¿verdad? En su país eso no es tradición.  ¿Cuánto e'? Gracias.


Justo al lado, en la galería de alimentación, busqué un puesto de frutas y verduras. ¡Deme una batatica! ¿Seguro que no es boniato? Ah, es batata, que pese como medio kilo, o por ahi... ¡anjá!  


Deja ver... en Cuatro Caminos, fijo que aparecen las galleticas. Metro a la vista. Cojo pa' llá. Calle Juan Pantoja... mira ¿Las galleti...?  Míralas ahí. Me respondió sin que terminara mi pregunta. ¡¡Ay, mamá!!  Y de las Guarina ¡¡Esto es vida!!


Ya por la tarde, llegué a mi casa, cogí medio kilo de habichuelas rojas del Alcampo (es decir, cualquiera vale) y las puse en remojo hasta la mañana siguiente. Entonces me volví a levantar (porque ya era otro día), las lavé bien y las puse a hervir a fuego lentísimo... porque me dijeron por ahí, que así se le sacan todos los gases y evitamos "accidentes". Y así lo hice. Las dejé enfriar, que se tomen su tiempo, no hay prisa para una "jartura" como la que pensaba darme por ser Tiempo Santo.



Ya por la noche, cogí las habichuelas hervidas y las licué junto con un 50% más de su volumen del agua en la que hirvieron.  Las pasé por el colador y las volví a meter en la olla junto con la leche de coco y la mitad de la leche evaporada. ¡¡Fuego lento con ellas de nuevo!! 



Cuando empezaron a hervir, le eché lo que quedaba de la leche evaporada y medio litro de leche de vaca. Dos tazas de azúcar (la receta original decía que una, pero esto es habichuelas con DULCE), un chin de sal, una balsa de canela en rama y todos los clavos dulce que se me cruzaron por medio (unos 17-18 más o menos), pasa, también toda la que quiera, un chin de mantequilla y la batatica, que resultó ser un boniato difrazao... Aunque dio el mismo resultado. Una ralladurita de limón no viene mal para quitar el amarguito que deja, inocentemente, la leche de coco.



En este momento, es muy, pero que muy importante abrir la ventana de la cocina, así se liberarán los vapores de la canela y los clavos dulces y los vecinos se morirán de envidia y empezarán a babear. Pero como esto es Europa, no te van a preguntar qué estás haciendo ni van a venir a pedirte... y se dormirán con el aroma dulzón y la incógnita de qué carah... está inventando la "mardita loca" del segundo izquierda. 


Bueno, que como es a fuego lento, hay que mover y mover y mover... para que no se pegue y tenga usted un concón de habichuelas con dulce. Mover y mover y mover... pero dejando que hierva con furor de cuando en cuan... que de lo contrario la cosa como que no se emociona.

Deje enfriar a temperatura ambiente y luego coloque la mega paila dentro de la nevera hasta que esté fresquito (yo tuve que retirar una de las baldas para que entrara la olla).  Usted sabrá si le echa las galletas desde que estén listas. A mí me gusta ponerlas justo antes de tomarme este manjar, tan típico en Cuaresma, para que queden crocantes. 



Y ahora, parodiando la vieja publicidad aquella me despido diciendo:


El Reino de Nooritania presenta:  Las habichuelas con dulce más sabrosas... 


No encontré el anuncio antiguo, pero sí este que debe ser muy reciente y es de la misma casa comercial... ¡¡Y describe lo que os acabo de  contar a la perfección!!  para que veáis que la distancia no es el olvido :=)  ¡¡Os juro que no lo había visto hasta que terminé de escribir!!


Nota al cierre de la edición:  Mi madre llamó preocupada para saber cómo seguía mi salud después de haberme "atimoneado" todo aquello (¡Que noooooo! que compartí más de la mitad con otras amigas compatriotas)  ¡¡Estoy Bien!! El truco está, tal y como os dije, en hervirlas despacio para la liberación de los gases...  ¡¡Jejé!! Y en tener un estómago a prueba de dinamita... 

viernes, 16 de marzo de 2012

Yo solo quería soñar

Sin distancia temporal


Pidió alas y se las concedieron.
Le concedieron alas pero no se las cortaron. Se las rompieron.
Se las rompieron y le obligaron a vivir con ellas rotas.
Con ellas rotas no podría volar pero ¿Soñar?
Soñar pesadillas. 
Pesadilla es la vida que ambiciona y no evoluciona.

¿Quién pide alas? 
¿Quién las concede? 
¿Quién las corta?  
¿Quién las rompe? 
¿Quién vive con ellas rotas? 
¿Quién necesita alas rotas?
¿Quién sueña? 

¿Quién necesita alas para soñar?
¿Quién necesita volar para soñar? 
¿Quién necesita soñar para vivir?

¿Quién? 
¿Quién? 
¿Quién?

Yo solo quería soñar. 
Pero tú no.