viernes, 29 de octubre de 2010

Nunú ¡Y punto!

(Maldita Piómetra)


Esta publicación es un agobio a conciencia. Pero les quiero contar por lo que hemos tenido que pasar la nena y yo, según mi criterio, a causa de una serie de sucesos mal habidos. Y quiero animarles a confiar en tomar decisiones aún en situaciones muy complicadas y de alto riesgo.

Siempre tuve mis dudas sobre si castrar a la nena o no... ¡¡Puff! La idea de que un día pudiera tener cachorritos tan ricos como ella me hacía ilusión, pero lo cierto es que nunca se dio el momento ni la oportunidad. Pues bien, ahora empieza la historia de terror. 

Nunú acababa de salir de su último período de celo, cuando noté que algo no andaba bien. El pasado día 13, al llegar a casa no salió a recibirme como de costumbre y me asusté, la busqué y me la encontré en la alfombra tiritando y noté que había vomitado. No me lo pensé dos veces y me la llevé al veterinario. Allí les describí el cuadro que había encontrado en casa y les aclaré que acababa de salir del celo y que seguía manchando a borbotones...  ¡¡ya se le pasará!! Eso es una infección. Enchufan un antibiótico (Factura) y tráemela pasado mañana...  ¡¡Aló!! ¿Cuándo? Esa misma madrugada me despertó otra vez temblando, jadeando y con vómitos (¡seis veces en 10 minutos!)... a las 2:30 hrs de la mañana salí corriendo con ella envuelta en una manta a urgencias (en la misma clínica). El vendedor, perdón, doctor de turno me dijo que los vómitos eran causados porque se había chupado las secreciones infecciosas que estaba echando por sus "partes"... enchufan antibiótico, recetan protector estomacal y un antipirético que cuesta un pastizal ¡Ah, ponle un collar isabelino, para que no "se chupe"!. Factura.

Al día siguiente, consulta nuevamente.... consultas (facturas), consultas (facturas), consultas(facturas) y la nena igual. 

El pasado día 26 la llevé porque el vendedor, perdón, doctor que la estaba atendiendo me dijo que "si la ves malita, tráela en una semana.  ¡¡Y vaya si seguía malita!! ya no quería comer, todo el día tumbada en el sofá, ya ni me ladraba al oírme llegar (que es su "más mejor costumbre") Ya en la consulta me dice que le vamos a pedir una analítica de sangre.
- ¿Y una ecografía? - Pregunto yo
- Pues si quieres, así nos quedamos más tranquilos.... vuelve esta tarde...  ¡¡La consulta te la regalo!!  De la analítica ni volvió a hacer mención... seguro que no les deja mucho margen de beneficio.

Esa misma tarde y muy puntual llegué a la cita...
Diagnóstico: Tiene piómetra. ¡Hay que operarla de urgencia!
-¿El qué? ¿y eso qué es?
-Tráela el miércoles a las 11:00 hrs, que la operamos. Tranquila, que no le va a pasar nada.
Llego a mi casa y me meto en internet. Busco información sobre la nueva enfermedad y me gradúo en medicina veterinaria. Esto es lo que encuentro:
Piómetra: Enfermedad infecciosa bastante común que ataca a perras y gatas y se caracteriza por la presencia de pus dentro del útero, que aveces sale por la vulva. Es un cuadro infeccioso severo por lo que puede causar insuficiencia renal, alteraciones hepáticas, peritonitis...
Síntomas: Aparecen justo después del celo. Fiebre, falta de apetito, secreciones de pus por la vagina...

¡¡Vamos!! Que era imposible que dieran con la enfermedad el primer día que la llevé ¿verdad? Pues creo que no habría que ser una eminencia para haberlo detectado desde un primer momento. 

Ya visto lo visto, decidí consultar una segunda opinión. Una amiga me dio las referencias del veterinario que castró a su mascota (un bicho terrible, por cierto, jejé) y al ver la eco me confirmó que era piómetra y me dijo que andara rápido porque eso es una bomba de tiempo y no fueramos a perder a la nena. ¿y la analítica de sangre? me preguntó... pues no la han hecho, contesté.
-¿Y la van a operar sin saber si la infección ya pasó a la sangre o si los riñones no van bien? - Me preguntó
En ese momento entendí que lo que me contaba coincidía con la información que busqué por mi cuenta... 

¿En manos de quién ha estado mi niña? ¿Por qué han dejado deteriorar su salud de esta manera? ¡¡Y con una enfermedad tan seria!!

Les llamé y les dije que cuándo haríamos las pruebas pre-operatorias 
Su respuesta me abrió los ojos:  ¿Para qué las quieres? si tiene una infección hay que operarla y ya está.
Entonces entendí el por qué le dieron tantas largas. El truco está en hacerte creer que están atendiendo bien a tu mascota. Te sangran todo lo que pueden con las consultas y los medicamentos. Cuando ya no queda de otra, crean la situación de emergencia. Te bloqueas y accedes a lo que te digan ellos. Pero ¿Y si eres tú quien le tensas la cuerda a ellos? Entonces no hay respuesta certera, ni ética profesional. Ni sentido común. Si la operación va mal (que ya conociendo todo esto, es lo más probable)... "chica qué pena... hemos hecho todo lo posible". "Pues va a ser que no"

Esa misma noche llamé a todas las personas que sé que nos quieren bien y pedí que me ayudaran a pensar y a tomar la decisión correcta. La madrina de Noor me refirió a una ex-cliente del centro y ésta me contó horrores de ellos. Decidí que allí no sería la cirugía  La ama del "bicho terrible" me acompañó con Nunú a un centro de urgencias y pedí que le hicieran todos los análisis necesarios para que entrara en quirófano al día siguiente.

Una señorita muy amable, a las 23:30 hrs del martes 26 se hizo cargo de todo. También me orientó sobre qué debía hacer y esperar con este tipo de operaciones. Por suerte, la peque tenía todos sus órganos vitales en perfecto estado, pero los glóbulos blancos estaban en 49 mil, lo que indicaba que tenía una infección severa y de alto riesgo. Aún estaba bien, aún podemos hacerlo bien. Pero nos queda muy poco tiempo.

Esa noche me dormí sabiendo que tenía que operarla a la mañana siguiente, pero no sabía a quién confiaría la vida de mi reina mora. Apenas había amanecido, me pasé por la panadería y le conté la historia a la propietaria. Sabía que hacía tiempo había tenido que operar a su perra de lo mismo. No lo dudó. Te tienes que ir a ESTE hospital de perros. -Me dijo.
-¡Pero es que no les conozco de nada! -contesté con los ojos como platos.
-¡Niña! No lo dudes, Vete ahora mismo, antes de que le pase algo. ¡Vete! Que son los mejores de todo Madrid. ¡Yo te lo garantizo! (¡Esta fue nuestra ángel de la guarda!)

Y tenía razón. Apenas llegué percibí, por el trato, que estaba en el lugar correcto. Me la recibieron en el acto. No hubo que esperar. Además de la eco y las pruebas de sangre que les llevé en avance, le hicieron pruebas de coagulación sanguínea, placa torácica, electrocardiograma. ¡¡Y suero!! con analgésico, y más tarde el pre-anestésico... y hora y media más tarde, llegó el momento.  ¡A quirófano!

Me quedé triste, muy triste. Pero tranquila. Un señor que estaba en la sala de espera me dijo ¿la tuya es la marroncita que van a operar? 
-¡Sí!- le contesté aún llorando.
-Tranquila, el doctor que se la ha llevado es el mejor cirujano de todo Madrid, y posiblemente de toda España. Una eminencia.
- Gracias. Es justo lo que necesito oír. Mil gracias, de verdad - Logré responderle.
En algún momento de la cirugía asomé por la ventanita que tienen para que los propietarios puedan ver a sus mascotas. Sobre la mesa de operaciones vi algo, tan grande, que creía era su estómago. 
¡¡Me la están desarmando!!- pensé
-No, eso es la piómetra. -Me aclaró el asistente de quirófano.

Otra vez me pregunto ¿Cómo es posible que me la hayan dejado llegar hasta aquí? ¿Qué necesidad había de hacerla sufrir todo ese dolor? ¿y si el desenlace hubiese sido otro? No me lo habría perdonado. Aunque la llevé desde el primer síntoma.

Mi culpa ha sido haber confiado. Mi culpa ha sido ser tan inocente y creer que todas las personas quieren a los perros igual que sus amos. Mi culpa ha sido no haber sido más despierta. 

Por suerte, mi historia tiene final feliz. Llegamos a tiempo. Nunú aguantó la enfermedad (innecesariamente) y aguantó la operación como una campeona. Logramos dar con un equipo de médicos responsables y muy amables ¿por qué no decirlo? Esta mañana ha ido a revisión. Le han pasado un último suero y le han dado el alta. Está estupenda.
Ahora, 36 horas después de la cirujía, Noor está durmiendo muy tranquilita. Se ha comido toda la carne con arroz que le he puesto, ha movido la cola al comerse el helado con el que la he premiado, ha bebido agua en justa cantidad, incluso un poco de zumo de Noni (una fórmula tailandesa que le regaló su ángel para que se ponga fuerte), ha paseado y no se ha quejado de nada. Ni siquiera por el mal rato que pasó, ni por llevar 14 puntos en su vientre. Tampoco se ha quejado por saber que ya no tendrá los cachorritos que nos hacía tanta ilusión. Las dos nos conformamos con tener a Nunú. Y punto.

2 comentarios:

  1. Bueno amiga...
    Gracias a Dios y a todas las personas que te orientaron para resolver esa situacion, donde quiera aparecen vivos que lo que desean es sacarte el jugo mientras estan jugando contigo y con tu tiempo pero eso es parte de las pruebas.

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  2. Jorge:

    Gracias, majo. La nena se está recuperando fenomenalmente. Incluso tiene los ojos con más brillo que nunca. Eso sí: mimosa que la mitad es mucho. En nuestro próximo viaje, pasaremos a saludarte a ti y a Judit.

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