(Hay que correr más que la policía)

Sucedió así. Y mira que los de la "guautoridad" me lo advirtieron. "Señorita, los perros van atados, especialmente si está usted cerca del estanque". Pero yo soy muy cabezota y no me llevo de consejos. Así que esta tarde estábamos por allí mismo y en un momento me acerqué al grifo a coger agua para Nunú... formé un cuenco con las manos y mientras se escurría el agua, la llamé para que viniera a beber... y no vino. La busqué y la encontré... estaba mirando fijamente al más pequeño de la manada que, inocentemente, se acercó a saludarla. Le llamé la atención y le reclamé que se acercara a beber de mi mano. Ya no quedaba agua, toda se había colado por entre los dedos yendo a parar al suelo. Volví al grifo pidiéndole que se acercara.
- ¡Cuaaaaaccccccc!
-¡Ay, mi madre!- Pensé, -¿Y ahora? Tiré el líquido que tenía en las manos y me las llevé a la cabeza. Corrí hacia Noor, le quité las cuatro plumas que le formaban un bigote mientras ella resoplaba... y le dije:
-¡Corre, Nunú, Corre! Y atravesamos toda La Quinta de la Fuente del Berro... yo con una "P" a cada lado. Perra a la derecha y a la izquierda y el cuerpo del delito.
¿Qué cómo termina la historia? Os lo decimos cantando
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