jueves, 11 de agosto de 2011

Un día de más

Si me preguntas ¿Qué es la muerte? Te responderé: 
Un intercambio de corazones. 
El mío que se fue contigo y el tuyo que se quedó aquí conmigo.


Todos los días recibo la noticia y se me apagan las horas, hasta la noche, hasta que me quedo dormida... como aquel día. Entonces despierto, al día siguiente, y me vuelvo a enterar. La vida volverá a ser "normal" a lo sumo en 18 meses -me dijeron- Se equivocaron los teóricos. No te conocían.  

Reírnos de todo y de nada, planear "diabluras": Coca-Cola con Seven Up = ¡Whisky! y ahogarnos en la playa para matar a los demás de un susto, compartir proyectos ¡Teníamos tantos!  "Armar Espaguetadas notulnas", moro de lentejas con "laben", arroz con habichuelas y guineo, mollejitas de pollo ¡¡para Simón!! y saltaban a tu plato, Gladys: harina del negrito exclusiva... Y cada dos minutos: ¡Gato Prieto, Perro Hediondo, no me llames más! Hablar plepla en clave Hage y que se piquen los demás. O como el "gringou" ¿por qué no?, inventar las historias reales de los monumentos, amenzarme con cosquillas y salir corriendo, miles de jirafas por doquier, llamada de urgencia: "Gordo, ¡asilo político en tu casa!, ver a tu niña crecer día a día... Moi Moi ¡Tan linda con los ojos de papá!


Entre nosotros no quedó nada por decir ¡Pero me falta tu voz!  Sé perfectamente qué me dirías en cada situación, pero hubiese prefrido que me lo dijeras tú.

¡Cuánto se llevó el asfalto! ¿Por qué? ¿Para qué? Hace tres años que el 11 de agosto me sobra. No lo quiero. No era necesario. Me lo saltaría y todavía estarías aquí. Como debía ser. Como tenía que ser. No era necesario perderte para saber cuánto significabas en mi vida.

La vida no es justa. La muerte tampoco lo es.

Te echo de menos. Te echaré de menos siempre. 

Besos eternos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario