miércoles, 31 de agosto de 2011

Medalla al Mérito

(Una caraja con alma Fenicia)

Que no se queje nadie. Si vuestras vacaciones han sido perfectas ha sido gracias a Noor y a mí ¿Vale? Y ahora os recuerdo el por qué.

Nosotras dos, voluntariamente y sin presión psicológica, hemos sacrificado nuestro veranito en pro del bienestar de los madrileños. De manera altruista. Sin ningún interés ni esperar recompensa alguna.

Todos los días nos levantamos temprano y puntualísimas, como es nuestro estilo, nos instalamos frente a la Gran-Diosa Cibeles a cuidar de ella. No fuera a ser cosa que cualquier guiri (o forofo del Atletico disfrazado de "gringo", que esto no se sabe) envidioso o con mala fe quisiera hacerle daño: dejarla manca -nuevamente-, bizca, ponerle una peluca de granito de mala calidad o, en el peor de los casos, darle un azote a uno de los leones para que saliera despendolado provocándole un mal accidente a la buena señora que tanto nos adorna. Y no sólo nos armamos con las tradicionales armas de protección y escarmiento. También nos ha provisto una señora de San Juan de la Maguana - la meca de la santería-, de hojas de Ruda para espantar los malos espiritus y un par de Piedras de Azabache para evitar el mal de ojo ¡Todo importado directamente desde el Caribe! Todas las medidas de seguridad son pocas para cuidar a la Gran-Diosa.

¡Sí! Para eso estamos nosotras. Hemos querido garantizarle a los madrileños que a su regreso de tan merecido descanso, encontraran la ciudad en el mismo lugar y con todos sus monumentos en perfectas condiciones. Y más que eso. Hemos supervisado que, ahora que están pintando las calles, las señales de tráfico tengan las dimensiones, colores y espesor correctos. Hemos soportado atascos e incluso tolerado llegar tarde a las citas, sólo para garantizar que las calles estén correctamente asfaltadas y que aquellas que están en obras de ampliación, las balizas estén correctamente colocadas y que las dimensiones del pavimento sean las de siempre ¡Ni un centímetro menos de calzada en Madrid!  Todo esto bajo el despiadado calor del agosto madrileño. 

¿Y ahora qué? Pues ahora llegaréis a casita descansaditos, sonrientes, felices y todo bien, en orden. No tendréis que soportar atascos, ni obras en las principales calles de Madrid. La Cibeles, Neptuno y el Oso "Amodoso" de Sol (porque también les hemos mimado) están en perfectas condiciones. Y nosotras dos reventadas como chichiguas* de niño pobre. Vuestra vida continúa normalmente gracias a nuestro sacrificio, sin que esperemos recompensa ni agradecimiento. Sin embargo, La Espe y el Gallar nos han reconocido con una medalla al mérito tallada por la casa "Platino-Albal" Y tintada con Kool-Aid sabor a piña, que humildemente hemos recibido. Menos da una piedra. Y de eso está hecha la Gran-Diosa.

Lo cierto es, mis queridos lectores, que esta publicación es programada -¡Lero lero, candelero! Los bufeamos* a tós-. Ahora mismo nosotras debemos estar camino a Honolulu en el jet privado de un magnate árabe, coleccionista -y trapichero- de piezas de museos y monumentos. Se nos acercó en el Paseo del Prado y, señalando a una de las puertas del museo, nos dijo algo así como: "Bájamelabandeja" y yo, como buena hija de libaneses me lo pensé mejor y negociamos este pequeño regalo a cambio de nuestro silencio. Nosotras también queremos ser como el resto de los madrileños y podernos ir de vacaciones en tiempo de crisis. Total, ninguno de los asistentes al museo que por allí queda, notará que él ha cambiado la paleta de Velazquez por una bandeja de arpillería de los 20 duros. 

Pero, por lo demás, de que hemos hecho nuestro trabajo, lo hemos hecho.  ¿Verdad Nunú? ¡Choca esos 4! ¡Y el espuelón!

Cualquiera puede tener un desliz de conciencia.

Os deseo buen regreso a casa a todos.


* Chichigua: Cometa
  Bufear: Tomar el pelo

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